Bullying: la mitad de los casos, en las redes

El hecho ocurrió la última semana y se viralizó rápidamente a través de las redes sociales: una madre ingresó a un aula en una escuela secundaria de General Roca, en Río Negro, y agredió físicamente a un alumno, a quien los acusó de hacerle bullying a su hijo. La mujer, notablemente exaltada, le apuntó también a las autoridades de la escuela, donde su hijo cursa cuarto año, ya que afirmó que había denunciado la presunta situación de acoso “miles de veces” sin recibir respuestas. Aunque más tarde pidió disculpas por su violento accionar, la madre fue denunciada penalmente por los padres del chico agredido y paralelamente se abrió una investigación para determinar cómo un adulto pudo ingresar a una escuela de esa manera y ponerse al frente de una clase sin que nadie se lo impidiera.

El hecho, en el que se cruzan acusaciones de los protagonistas, ocurrió apenas 24 horas antes de que se conmemore el “Día Internacional contra la Violencia en la Escuela, el Bullying y el Ciberbullying”, establecido en 2020 por los 143 estados miembro de la Unesco el primer jueves de noviembre de cada año para pensar en los vínculos entre pares en la escuela.

La ocasión no sólo dio marco a la creación de la Alianza Anti Bullying Argentina, una coalición de organizaciones que tiene como objetivo trazar metas de trabajo para la prevención de esta problemática, sino que también permitió reflexionar acerca de un flagelo cuyas cifras estremecen y sin embargo no paran de crecer en el país, que ya es el segundo con más casos de acoso escolar en Latinoamérica.

Una problemática que, además, adopta nuevas características: la más novedosa de ellas, la tendencia a trasladarse cada vez más a las redes sociales.

Un flagelo que se caracteriza , además por la dificultad para ser detectado: se estima que cuatro de cada diez chicos que sufren hostigamiento por parte de sus pares no piden ayuda.

Al mismo tiempo, también se dificulta la prevención. Y aunque hay una visibilización cada vez mayor sobre el tema, los casos siguen aumentando.

Sin freno

Según las cifras que maneja la ONG Bullying sin Fronteras, siete de cada diez niños, niñas y adolescentes en la Argentina sufren bullying o algún otro tipo de maltratos en entornos escolares.

Esto convierte al país en uno de los que cuenta con más casos de acoso escolar y acoso cibernético del mundo.

Siempre según la misma fuente, se detectó un aumento del número de casos del 20% en los últimos años.

Por otra parte, los expertos hablan de un cambio en la modalidad en que el bullying se expresa, que se incrementó tras la pandemia y el traslado de numerosas actividades, entre ellas las escolares, del campo presencial al digital: el aumento de los casos de bullying que se expresan a través de las redes sociales. Concretamente, se habla de que la mitad de los casos de bullying que se registran en el país ya llegan a las redes.

Una transformación que tiene un impacto muy fuerte sobre las víctimas del acoso escolar.

Desde Bullying sin Fronteras lo explican así: si la víctima de acoso en un mundo sin redes sociales sufría el hostigamiento durante la jornada escolar, ahora las redes sociales imponen un acoso sin pausa, que no se termina cuando el chico vuelve de la escuela.

En este sentido, destacan que las redes sociales donde más se expresan los casos de bullying en la actualidad son Twitter, Instagram y Facebook , aunque también se pueden producir en plataformas de juegos en red o hasta en páginas web.

Redes y acoso escolar

A la hora de analizar el impacto de esta transformación, el abogado especialista en nuevas tecnologías, Raúl Martínez Fazzalari dijo, consultado por este diario, que “la realidad es que las plataformas interactivas facilitan mucho, no la generación de la violencia, pero sí su difusión a un público más numeroso, a espacios imposibles de llegar por otros medios y a una presencia de las imágenes y el texto en todo momento. Pero no se debe responsabilizar al medio, sino a los generadores de esa violencia”.

Para el especialista, “la única forma de cortar las cadenas de distribución de esos contenidos es simplemente no trasmitirlos cuando son recibidos. En ámbitos escolares esta es la primera recomendación que los expertos piden: no participar como testigos de las burlas, peleas y ataques. Lejos de soluciones legales cuando de menores de edad se trata, la solución ante la violencia de jóvenes la tiene los adultos responsables de impedir la circulación de contenidos asociados al bullying en los dispositivos de los involucrados”.

Expertos reclaman una ética digital que ayude al chico a elegir contenidos que valoricen al otro

María Zysman, fundadora de la Asociación Civil Libres de Bullying, destacó, en tanto, la importancia de haber establecido un día para reflexionar en torno al bullying “porque problematiza algo que está, desde hace mucho, naturalizado”.

En cuanto al peso de las redes sociales, consideró que “los espacios digitales son sumamente ricos y provechosos si se utilizan para el encuentro, el aprendizaje, el entretenimiento, el desarrollo de la creatividad. Es imprescindible construir una ética digital que ayude a los chicos y chicas a elegir, discernir, proponer contenidos que valoricen al otro. Muchos de los ídolos que siguen (streamers, tiktokers, instagramers, etc.) proponen el destrato y la discriminación. No podemos estar lejos de esos nuevos mundos y naturalizar estos discursos. No podemos permanecer inmóviles ante los grupos racistas, xenófobos y generadores de odio que convocan a los jóvenes cada vez desde más pequeños”, indicó.

Al mismo tiempo, sostuvo que “desde Libres de Bullying sostenemos que el espacio digital no es responsabilidad exclusiva de las familias y del que la escuela pueda desentenderse; que no se trata de delimitar culpas o postergar intervenciones, sino de tomarlo como un espacio de todos, en el cual los docentes tienen la oportunidad y el privilegio de poder educar”.

Fuente: eldia.com

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